viernes, 13 de septiembre de 2013

Deporte y dinero: ¿dónde está la crisis?


Por Alfredo García Pimentel

Mucho revuelo y disgusto ha causado en el mundo, y sobre todo en Europa, el precio exhorbitante que pagó el Real Madrid para hacerse de los servicios del galés Gareth Bale, venido desde el Tottenham Hotspurs. Tanto duró el culebrón del estelar futbolista y tan alto pujó la institución blanca, que los 100 millones de euros desembolsados por la entidad de Chamartín le han sacado declaraciones agrias hasta a íconos del madridismo, como el francés Zinedine Zidane.


De esa forma, Bale se convirtió en el fichaje más caro de la historia del fútbol, una marca que al Real Madrid le gusta mejorar cada cierto tiempo. Primero el propio Zidane (75 millones de euros en 2001), luego Cristiano Ronaldo (94 millones de euros) y ahora El Ciclón de Gales.

Sin embargo, con el permiso de la calidad futbolística del lateral madridista y del dinero que ya recibe sin haber tocado su primer balón con el uniforme blanco, creo que este fenómeno le tiene solo como un ejemplo más. Un rápido repaso por las cifras monetarias que se mueven hoy en el deporte mundial hará saltar alarmas y preguntarse, más de una vez, dónde está la crisis.

lunes, 9 de septiembre de 2013

Polémicas de un tie break beisbolero


Por Alfredo García Pimentel

Más de 3 horas ha durado el juego de pelota. Durante todo ese tiempo, los jugadores han dado el máximo en busca de la victoria, pero la paridad de los conjuntos y su igual desempeño han decretado un empate.

Sin embargo, bien es sabido que el béisbol no admite igualadas, así que, a pesar del cansancio visible en peloteros y aficionados, hay que seguir jugando. En otro momento, el extrainning, esa especie de nuevo partido que suele extender las emociones, resultó la solución. Ahora, el alargue tiene sui generis características y altisonante nombre: el tie break del béisbol se llama Regla Schiller.

Exigir más… pero sin excesos


Por Liz Beatriz Martínez Vivero

Después de una aciaga cosecha en el recién concluido Mundial de Atletismo en Moscú, el equipo nacional de Judo se ciñó las cintas negras e hizo la tarea.

 

Uno siempre espera más, porque la fanaticada deportiva cubana es inconforme hasta la médula. ¿Qué puede hacerse? Me anoto en el grupo de los que soñamos con una cerrada porfía entre la pinareña Yarisley Silva (al final medalla de bronce) y Yelena  Isinbáyeva (a la postre campeona).

 

Desperté con un comentario leído en alguna página de Internet donde elogiaban a la rusa, sin demeritar a la criollita, y explicaban estadísticamente hablando lo superrecontracomplicado que es bailar en casa del trompo.